miércoles, 30 de noviembre de 2011

Sueños atmosféricos...

Filosofar, mirar las estrellas, tú con tu cerveza y yo con mi café.
Que la vida se detenga en este momento, porque este es mi deseo.
Vientos de otoño que despejan mi mente,
Espectros del alba que ríen al son de nuestra muerte.
Sombras claras a la vista de la oscuridad,
oxímoron de la existencia inventada por nuestra ebriedad.
Soy el faquín que carga tu amor,
Y tú eres el pensamiento que endroga el corazón.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Alusiones personales.

Loco, porque te recuerdo en este maldito insomnio... 
2:03 am 

El cigarrillo de la mañana y  marcas en la faceta, confiesan lo que ha pasado aquella noche. En la que ni un crepúsculo fue salvado, en la que todo recuerdo fue olvidado. Gritaste lo que merecía silencio, sin prever que el ayer seguía viviente. Almas que no se encontraron, sueños que se esfumaron y besos que quedan guardados. Voces  atrapadas en mi pensamiento, dispuestas a sacrificar cualquier ilusión. Nudos en la garganta que impidieron florecer nuestro amor. Sentimientos alógenos al corazón, que tarde o temprano habrían terminado con un, Adiós...

martes, 8 de noviembre de 2011

4:49 pm - 5:03 pm

Mi ubicación de aquella tarde correspondía a un café desolado, de la calle San Carlos. Irritada por el silencio del oscuro lugar, me dispuse a hojear un viejo periódico llamado "Alta Mar". Trashojaba cientos de páginas plagadas de política y otras fechorías, sin sospechar que iba a encontrar la desolación en las letras amargas de un inesperado adiós. 
                             Esquela Mortuoria, con tu nombre.                                                                                                                                                                    Dos lagrima caen, un latido se congela y el sentimiento del amor se quema. Fantasmas disfrazados de soledad anuncian un sepelio sin marcha atrás. Tu muerte repentina se burla de mi paradójica vida y el silencio del café se convierte en un grito ahogado que me sabe a ayer. La cruda realidad se volca en mi contra una vez más. 
Y cuando estaba a punto de sollozar, la camarera me advierte que el periódico que leía, pertenecía a la Segunda Guerra Mundial. 

jueves, 3 de noviembre de 2011

La huella mortífera de tu amor...

Desde hace mil otoños que no le veo y aún recuerdo el sabor de sus besos. Mientras tanto las sombras del adiós caminan conmigo a lo largo de este sendero que vacila entre la vida o la muerte. Perderme en mis pensamientos ha sido la opción de existir desde aquella partida, versar nunca hizo tanto daño desde que él ya no esta. Y el frío que un día fue propicio de un beso, ahora me quema los huesos. Los espectros del anochecer reflejan el dolor que florece en mi piel y las lagrimas caen como hojas sin cesar, haciendo memoria de aquel amor que un día llegó y ya no está. Por ahora, seguiré andando, cargando un corazón exento de culpas de Dios pero condenado al dolor del amor, tratando de sepultar ilusiones y besos en cementerios que esconden secretos. Sin embargo yo le esperare, en aquel banco de la estación del tren, en la que un maldito día, se escribió en mi ayer...