El silencio de mi mente me pregunta donde estas y el viento me reprocha el día que te deje viajar hacia el nunca jamás. Las carreteras parecen infinitas sin tu mano en mis piernas, sin el roce de tus manos recorriendo el largo de mi espalda, sin tus besos con recelo de mi propia lengua, sin tus dientes mordiendo la suavidad de los labios. Escucho reír tu recuerdo en esta medianoche sin luna llena, me sabe a mentira despertar en la madrugada, encontrando únicamente la sombra de la luz de la luna, que se filtra por las ventanas de mi habitación, reflejando sobre mi cama el amargo recuerdo del adiós. Observo como el maldito reloj me censura la vida que me pasa de largo mientras me enamoro de tu ausencia, sin tener las mas mínima sospecha que llevo conmigo el tatuaje de tus besos, hasta en mi huesos.
