Un par de besos bajo la luna y el tacto de tu piel en la
oscuridad bastaban para convertirse en la droga que me llevara a la locura una
vez más. Las hojas verdes acompañaban la belleza de tu mirada y ahora me veo
aquí buscándola entre la llama que quema al desamor. Me deslizo por la
vía de la desilusión, recordando el sabor de tu boca y el roce de tu piel a medio despertar. Si fuiste sueño, si fuiste error, si fuiste duda, será el
misterio que se oculte esta historia escrita por los dos.