Quiero regalarte un poco de mi alma, un todo de mi ser, un close up de mi nada. Porque eres mi
amor, la felicidad de las mañanas y también la agonía en tus días de falta.
Cuando los silencios son eternos y mi boca pausa cualquier parlamento, tu alma y mi cuerpo se
atan al son de mi deseo. Este deseo que se opaca entre las nubes de los mares
inciertos, pero que resucita en cada suspiro enamorado de sueños. Hazte
realidad sueño mío y nunca te quedes entre el vacío…