miércoles, 17 de agosto de 2011

Pasajes de la vida.

Estaba sentada nuevamente en el bar, una tristeza me acompañaba desde hacía una semana.  No quería beber, solamente tomar café, pero extrañamente decidí un bar para realizar mi hábito usual.  El bar se comenzaba a llenar y no había vacantes más. Se acerco a mí un hombre, barba oscura, piel blanca, bohemio… Reconocí que era español por su acento al preguntarme si podía sentarse en mi mesa para dos. Asentí con la cabeza. Mientras tanto seguía yo sumergida en mis pensamientos ignorando al hombre que ocupaba el otro asiento. Tras una hora me pregunto ¿Cómo va?, pude observar que tomaba café igual que yo.  Me dijo “me llamo Louis”. Pero no obtuvo ninguna respuesta de mí. El bar estaba otra vez solo, y allí me encontraba yo, con aquel extraño llamado Louis, tomando café, mirando como el mundo girar al revés. 

lunes, 1 de agosto de 2011

Café tercermundista, olor a tabaco, día lluvioso...

El domicilio correspondía a un café de los 90's, que la vida y la alegría lo habían abandonado con el pasar de los años. Le llamaban "La Movida", pero no había si quiera una tan sola persona en ese lugar, solamente yo y la cocinera. Tenía una buena vista de la ciudad, a los lejos observe como la vida transcurría en esa tarde lluviosa. Quería fumar los últimos toques de felicidad que me quedaban. Pero al parecer los deje olvidados en tu departamento hace ya un largo tiempo. La soledad abasteciendo el lugar. Por suerte el café incluía un cigarrillo, el tabaco despedía un olor delicioso, me recordaban el olor a tus manos. El cansancio era evidente en mi, la luna no había aparecido en toda la noche y el calendario anunció luna llena. Había caminado unos 7 kilómetros, todavía empapada, el frío me hacia temblar. Pedí la cuenta y la cocinera me dijo que era gratis para los caminantes. Cosas de la vida, supongo...