lunes, 1 de agosto de 2011

Café tercermundista, olor a tabaco, día lluvioso...

El domicilio correspondía a un café de los 90's, que la vida y la alegría lo habían abandonado con el pasar de los años. Le llamaban "La Movida", pero no había si quiera una tan sola persona en ese lugar, solamente yo y la cocinera. Tenía una buena vista de la ciudad, a los lejos observe como la vida transcurría en esa tarde lluviosa. Quería fumar los últimos toques de felicidad que me quedaban. Pero al parecer los deje olvidados en tu departamento hace ya un largo tiempo. La soledad abasteciendo el lugar. Por suerte el café incluía un cigarrillo, el tabaco despedía un olor delicioso, me recordaban el olor a tus manos. El cansancio era evidente en mi, la luna no había aparecido en toda la noche y el calendario anunció luna llena. Había caminado unos 7 kilómetros, todavía empapada, el frío me hacia temblar. Pedí la cuenta y la cocinera me dijo que era gratis para los caminantes. Cosas de la vida, supongo...

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